He oído muchos comentarios y he leído artículos sobre este tema. Cv ciegos ¿sí o no?
Se ha planteado que puede ser una herramienta eficaz para evitar las típicas discriminaciones por razón de sexo y que así, las posibilidades de acceder a un puesto de trabajo, sean las mismas para hombres que para mujeres, o evitar prejuicios por el aspecto de los candidatos.
Pues bien, personalmente, no lo veo… No creo en los CV ciegos. No, por una sencilla razón, porque un proceso de selección no se lleva a cabo solo en una fase, es decir, de un montón de CVs escojo el que más me guste o más se acerque al perfil que busco y… ¡ya está! No. Un proceso de selección bien hecho, requiere de varias fases, de un reclutamiento, de una criba curricular, de un análisis de perfiles y de una o varias entrevistas con los candidatos seleccionados.
El CV ciego no garantiza nada más lejos que pasar la primera fase de criba curricular, pero ¿qué pasa cuando revisen en redes sociales el nombre del candidato? ¿Y cuando llegue la entrevista personal? ¿Acaso se tendrá que plantear el hacer las entrevistas detrás de un biombo y con distorsionador de voz para no saber si es hombre o mujer?
Señores, ¡no nos engañemos! Es ahí donde hay que trabajar por la igualdad, por la equidad, porque todos y todas tengamos las mismas oportunidades ante un puesto. Pero esto sólo se conseguirá, en mi humilde opinión, cuando se eduque en el respeto y la igualdad.
Educación, educación y más educación ¡Ahí está la base de todo! y por desgracia es donde cada vez, veo más carencias. Educación en el ámbito familiar y es donde me surge la cuestión ¿Estamos fallando en la educación en la familia por la falta de conciliación real?
Cuando se enseñe desde pequeños a no dejarnos llevar por los estereotipos, por las apariencias. Cuando dejen de incluirse en publicaciones de ofertas de trabajo, requisitos como «no disponer de cargas familiares» (¿Qué es una carga familiar?, para mí la hipoteca… y… ¿Sobre quién recae la carga familiar, el hombre, la mujer, todos por igual?), o «chicas muy monas»(¿Qué se considera mona?¿hasta qué punto se va a cumplir con las responsabilidades del puesto siendo más o menos mona?) o «disponibilidad total» (¿¿¿dónde queda el derecho a conciliar de todo el mundo???), o dejen de hacerse preguntas tanto en entrevistas personales como en cuestionarios previos de la empresa, por el estado civil, número de hijos, etc. Cuando realmente veamos más allá del género y de la apariencia física y nos centremos en el talento de las personas, en sus competencias y habilidades, que al fin y al cabo, es lo que va a hacer de cada trabajador el candidato perfecto para el puesto.
Seamos coherentes… Estar casado o casada, ser padre o madre, no influye en hacer bien tu trabajo. Si, por supuesto que todos tenemos una vida privada, tengamos pareja o no y tengamos hijos o no… Todos tendremos preocupaciones en un momento dado, o problemas fuera del trabajo que puedan influir en nuestro estado de ánimo, pero, si basamos una selección de personal en los posibles problemas que pueda tener el candidato en su vida privada…dudo que pudiéramos llegar a escoger al candidato perfecto, bueno, a menos que fuese un robot sin sentimientos.
A mi entender, hace falta humanizar más las empresas. Al fin y al cabo, si el empresario consigue que sus empleados trabajen a gusto, podrá retener y sacarle el mayor partido al talento que ha encontrado.
“Los líderes sobresalientes salen de su camino para potenciar el autoestima de su personal. Si las personas creen en sí mismas, es increíble lo que pueden lograr”.- Sam Walton, fundador de Walmart y Sam’s Club